jueves, 21 de febrero de 2008

Salud y Desarrollo Sostenible

Salud y Desarrollo Sostenible



Para conseguir los objetivos de un buen desarrollo sostenible es necesario, en primer lugar, mejorar la salud de la población y erradicar la pobreza. Es urgente hacer frente a las causas de la mala salud y a su efecto en el desarrollo sostenible.


El problema

El desarrollo sostenible no es posible sin una población saludable. Y sin embargo, la mayoría de las actividades de desarrollo afectan el ambiente que, a su vez, puede provocar o exacerbar muchos problemas sanitarios. La mala salud y la enfermedad son costosas. El VIH/SIDA ha matado a millones de personas en la etapa más productiva de la vida, mientras que la contaminación del agua y el aire siguen matando a millones de personas todos los años, principalmente en los países en desarrollo.

La Sra. Gro Harlem Brundtland, Directora General de la Organización Mundial de la Salud, ha señalado que los índices de prevalencia del VIH de un 10% o un 15% -que ya no son inusuales- se pueden traducir en una reducción del índice de crecimiento del PIB per cápita de hasta un 1% anual.

Observa que la Tuberculosis, que el VIH exacerba, extrae el equivalente de 12.000 millones de dólares de los ingresos de las comunidades pobres, y añade que "al PIB de África probablemente se sumarían unos 100.000 millones de dólares si se hubiera tratado el Paludismo hace 30 años, cuando se contó por primera vez con medidas efectivas de control".

Estadísticas fundamentales

  • Unos 11 millones de niños menores de cinco años mueren todos los años en los países en desarrollo. Aproximadamente el 70% de esas muertes son provocadas por la Diarrea, las Infecciones Respiratorias, el Paludismo, el Sarampión o la Desnutrición, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
  • Las investigaciones sugieren que más del 40% del peso de las enfermedades debidas a factores de riesgo ambiental en todo el mundo recae sobre los niños menores de cinco años, aunque constituyan sólo el 10% de la población del mundo.
  • Entre 5 y 6 millones de personas mueren todos los años en los países en desarrollo debido a enfermedades transmitidas por el agua y la contaminación del aire.
  • Hoy en día, la mala calidad ambiental contribuye al 25% de todas las enfermedades evitables en el mundo.
  • Más de 60 millones de personas se han infectado con VIH/SIDA -la cuarta causa de muerte en todo el mundo- desde que comenzó la epidemia. A finales del 2001, se estimaba que 40 millones de personas estaban viviendo con la enfermedad, y que un tercio de ellas tenían entre 15 y 24 años. Aproximadamente el 92% de todos los casos se encontraban en los países en desarrollo.
  • Todos los años, unos 8,8 millones de personas contraen Tuberculosis activa y 1,7 millones mueren de la enfermedad. El 90% de todos los afectados de Tuberculosis viven en los países en desarrollo. La mayoría son pobres y tienen entre 15 y 54 años.
  • Entre el 2000 y el 2020, casi 1.000 millones de personas más se infectarán con Tuberculosis, 200 millones de personas se enfermarán y 35 millones morirán de la enfermedad, salvo que las tareas actuales para controlar la Tuberculosis se fortalezcan y se amplíen mucho.
  • En el año 2000 1,3 millones de niños menores de cinco años de los países en desarrollo murieron de Diarrea provocada por agua no apta para el consumo, saneamiento inadecuado y malas condiciones de higiene.
  • El Paludismo mata a aproximadamente a 1 millón de personas por año, y más del 70% son niños menores de cinco años. Casi el 90% de los casos fatales de Paludismo ocurren en el África Subsahariana. Se estima que el Paludismo provoca pérdidas económicas en África que superan los 12.000 millones de dólares por año.
  • El 60% de los 2,2 millones de muertes anuales de niños menores de cinco años provocadas por infecciones respiratorias agudas están asociadas con aire contaminado en el interior de las viviendas (principalmente por la quema de combustibles de biomasa en espacios cerrados), falta de calefacción adecuada y otras condiciones de vida contrarias a la salud.

Qué es necesario hacer

En la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, celebrada en septiembre del 2000, los Estados Miembros convinieron en adoptar medidas con respecto a una amplia variedad de cuestiones, muchas de las cuales repercuten directamente en la salud. Convinieron en que, antes del 2015, los gobiernos deberán:

  • Reducir a la mitad la proporción de gente que vive con menos de un dólar por día.
  • Reducir a la mitad la proporción de gente que sufre de hambre.
  • Reducir en dos tercios la tasa de mortalidad de los niños menores de cinco años.
  • Reducir en tres cuartas partes la tasa de mortalidad materna.
  • Detener y comenzar a revertir la propagación del VIH/SIDA.
  • Detener y comenzar a revertir la incidencia del Paludismo y otras enfermedades graves.

Según la Comisión sobre Macroeconomía y Salud, establecida por la OMS para estudiar los vínculos entre la salud y el desarrollo económico, la inversión en salud en los países en desarrollo salva vidas y produce retornos financieros claros y mensurables. Si se gastaran 66.000 millones de dólares por año antes del 2015 y se asignaran correctamente, podrían salvarse 8 millones de vidas por año y generarse beneficios económicos seis veces mayores, más de 360.000 millones por año antes de 2020.

Algunas de las propuestas que se están considerando actualmente post Cumbre de Johannesburgo son las siguientes: incluir las preocupaciones sanitarias en las políticas y los programas en pro de un desarrollo sostenible; fortalecer la prestación de servicios básicos de salud; aumentar los esfuerzos para erradicar el Paludismo, la Tuberculosis, la Fiebre del Dengue y otras enfermedades en una forma que respete el ambiente; reducir los efectos sanitarios asociados con las formas tradicionales de cocinar los alimentos y calentar las viviendas; promover combustibles más limpios; mejorar el acceso al agua potable y el saneamiento; apoyar las tareas de lucha contra el VIH/SIDA, y defender los derechos de propiedad intelectual para el conocimiento y las medicinas tradicionales.



Autor: Ivana Brunet

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